Demanda de atención
Cariño entregado en un mal momento
Nuestra metodología se basa en el establecimiento de un vínculo sano, una comunicación honesta y el entendimiento de las necesidades de nuestro perro, por lo que jamás vamos a prohibir el cariño y amor que podamos sentir por ellos. Solo que es importantísimo que entendamos que si entregamos ese cariño en los contextos equivocados o de formas inadecuadas, vamos a estar generando más un daño en nuestros perros que un beneficio.
Existen tres motivos por el cual el perro nos demanda atención, si bien no son los únicos, son los más frecuentes y dependerá de cada perro cuál es el más importante para él, puede ser por comida, cariño, juego e incluso algunos demandan sus paseos. El nivel o intensidad con lo que lo soliciten va a depender de varios factores, pero el principal es el aprendizaje. Los perros han ido aprendiendo a solicitar estas acciones cada vez de manera más intensa. Pongamos por ejemplo la comida. Las 1º veces mientras comíamos, nuestro perro se puso al lado, con esos ojitos irresistibles y nosotros nos rendimos rápidamente. Aprendió a mirarnos para obtener comida.
Tiempo después, estábamos comiendo, pero muy atentos a una película, por lo que no vimos sus ojos de gato con botas (ignoramos su demanda) y él buscó otra estrategia para obtener comida, nos golpeó con la mano, o apoyó su mentón en mi rodilla). No mucho tiempo después, ya que aprenden rápido, estábamos en medio de una comida de trabajo, y nos vienen a golpear bajo la mesa, pidiendo comida nuevamente. Como no queremos pasar vergüenza con nuestro jefe, ignoramos a nuestro perro, así que él decide comenzar a ladrar para obtener comida. Y ese es el gran problema de la demanda de atención, solo va a ir aumentando en el tiempo, no hay forma de que disminuya naturalmente y en cierto punto empezaremos a retar o castigarlo porque se le está pasando la mano y es sumamente injusto, ya que nosotros le enseñamos a hacerlo (comunicación deshonesta). Y les aseguramos, que en algún minuto, el nivel de demanda de atención va a ser tan alto, que será un problema, tal vez hoy está a niveles aceptables, incluso tiernos, pero inevitablemente irá aumentando hasta niveles inaceptables.
Objetivos
El objetivo de este ejercicio es que nuestro perro pueda estar solo y tranquilo, que sea más independiente, sin la necesidad de obtener nuestra atención o algo de nosotros constantemente.
Reglas
- Consciencia y consistencia:
Estos dos conceptos, que vimos al inicio del curso, son claves. Y sobre todo en este entrenamiento, ya que muchas veces, nos vamos a rendir ante sus encantos (consistencia) incluso muchas veces ni nos daremos cuenta que acabamos de reforzar una demanda de atención (conciencia) y así es imposible extinguir o eliminar esta conducta.
Etapas
1º Etapa de identificación de la demanda de atención
Lo primero que necesitamos para trabajar esto es poder observar e identificar correctamente la demanda de atención. Para esto ocuparemos un ejemplo humano. Imagina que estás en tu casa con tu pareja y de repente viene y te pide que le hagas un pequeño masaje en la espalda. Ahora, tu te encuentras en medio de una reunión por lo que le dices que no puedes, que si se lo puedes hacer más tarde. Aquí es donde entra la distinción entre la demanda de atención y un cariño y relación sana. Si tu pareja lo entiende inmediatamente y vuelve a lo suyo es lo más sano y es lo que se busca en toda relación. Ahora, sí en cambio tu pareja se frustra, sigue insistiendo, se mantiene ahí esperándote, se enoja o le invade cualquier otra emoción, ahí estamos en presencia de una demanda de atención. ¿Se fijan en la diferencia?. Una es mucho más intensa, con muchas emociones negativas entre medio, mientras que la otra es completamente neutra. Es por eso que es necesario trabajarla y corregirla.
Las solicitudes de atención pueden venir de distintas formas. Algunas son las más evidentes como cuando el perro se acerca y nos mueve la mano, nos salta encima o nos apoya el mentón. Pero también puede ser de formas más sutiles o extremas. Algunos perros pueden ladrar para obtener atención, morder los zapatos o muebles, mirarnos fijamente, traernos constantemente un juguete, reaccionar a cualquier movimiento nuestro o incluso rascarse o lamerse partes de su cuerpo. Hay perros que están dispuestos a hacer lo que sea para obtener un segundo de nuestra atención. Cada perro es único y puede desarrollar sus propias estrategias, por esto es importante entender los fundamentos e identificar en tu propio perro sus demandas de atención.
En esta etapa el objetivo es repasar tu día a día e identificar todo lo que tu perro hace en su vida para obtener tu atención o la de alguien. Una vez identificadas pasaremos a la segunda etapa, que es ignorar todas las solicitudes de atención.
2º Etapa, ignorar las solicitudes de atención
Una vez que ya identificamos las estrategias de nuestro perro para obtener nuestra atención comenzaremos a ignorarlas al 100%. Es importante no reforzarlas en lo más mínimo, aunque sea difícil. Hay perros que con solo mirarlos, sonreírles o hablarles se sienten satisfechos por obtener nuestra atención, o incluso retarlos, aunque sea una mala forma de recibir atención, igualmente es un tipo de atención, por esto es importante que la ignoremos totalmente.
En algunos casos el perro se frustrará y su demanda de atención será más intensa por algún tiempo. Pudiendo estar ladrando un buen rato. Por más difícil que sea, te pedimos paciencia y te aseguramos que será por un tiempo, no será por siempre. ¡Dentro de unos días o semanas, te darás cuenta de que cada vez lo hará menos!.
3º Etapa, reforzar apenas deje de demandar atención/refuerzo de calma
Esta es una etapa especialmente delicada, ya que hay una delgada línea entre reforzar la demanda y reforzar la calma, así que te recomendamos ser un experto en calma, llevar varias semanas observándola y reforzando esos estados, si tienes dudas no lo pienses dos veces y vuelve a leer el concepto de refuerzo de calma, en la lección anterior.
Supongamos que nuestro perro estuvo 10 minutos intentando obtener nuestra atención, desde sus miradas insistentes a algún ladrido, hasta que finalmente se aburrió y se fue a acostar o a descansar. Esta es la actitud que tú quieres en tu perro, no el perro insistente. Aquí tenemos dos opciones, podemos lanzarle un premio como el refuerzo de la calma, o puedes levantarte e ir a hacerle un cariño tranquilo (mucho cuidado que queremos que mantenga esa calma). Con más repeticiones tu perro empezará a entender que cuando entra en ese estado demandante no consigue nada, pero que cuando está tranquilo, recibe todo lo que necesita. Es importante esto, no se trata de ignorar al perro todo el día, sino de satisfacer todas sus necesidades de cariño, juego o lo que sea, pero la diferencia y lo crucial es escoger el momento correcto en el que se lo damos. ¿Queremos reforzar cuando está impaciente, demandante e insistente, o queremos reforzar cuando está tranquilo y desconectado? De eso se trata esto.
4º Etapa Una nueva forma de relación
Al ignorar las demandas de atención estamos creando una nueva forma de relacionarnos con nuestro perro, por lo que es importante que todas las personas que interactúan con él sepan de esto y estén alineados. Si esto no es así, el perro seguirá demandándole a «esa» persona de la familia y le costará estar tranquila o desconectarse realmente en presencia de esa persona. Por esto es importante que todos los miembros de la familia, e incluso las visitas, estén al tanto de ignorar cuando el perro insista. De esta forma el proceso de aprendizaje será más fácil.
Tips del ejercicio
Si el cariño se acabó, se acabó:
A veces, al terminar de hacerle cariño al perro en el momento en que está tranquilo o no demandante, el perro quedará con ganas de más y empezará a insistir para conseguir más. Y cómo no, si lo estuvo pidiendo mucho rato. Aquí lo importante es que si el cariño se acabó, no hay más, por más que el perro insista. Y si insiste, seguimos ignorando, hasta que se vuelve a tranquilizar y recién ahí podemos recompensar de nuevo.
Cuidado con esas manos:
Muchos perros buscan el cariño en nuestras manos, moviéndonos y tocando nuestras manos. Incluso a veces saltan sobre nosotros, dónde la única forma de bajarlos es ocupando nuestras manos. Cuando esto pasa, cuando el perro logra ese contacto de la mano o la palma, aunque nosotros estemos intentando evitar el contacto al perro igual le gusta esa interacción. En su cerebro, algo consiguió, algo se le pagó esa insistencia. Aunque sea lo mínimo. Por esto, es que un buen consejo es intentar evitar ese contacto con nuestras manos. En particular, una forma de evitar ese contacto y evitar que el perro nos aborde es cruzarnos de brazos, darle la espalda, incluso en los perros más insistentes utilizar los codos como armadura, bajo ningún punto se debe golpear con el codo, sino poner un codo entre el perro y uno para hacerle incómodo el acceso a nosotros. Pronto se aburrirá y se irá sin haber conseguido ese contacto.