Contenido del curso
Conceptos
Para poder entrenar tenemos que entender un montón de mecanismos que nuestros perros están aprendiendo, en esta sección compartiremos nuestra experiencia junto con estudios científicos y de nuestra filosofía de entrenamiento como un sistema de comunicación y vínculo.
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Protegido: Programa entrenamiento Cachorro AM (temporal)

Enseñando el «No»

Esta técnica es para conductas que no podemos ignorar y que tenemos poco tiempo para corregir. Esta es una forma de «castigar» conductas, pero no en el sentido usual en que se entiende la palabra. Existen dos formas de castigar conductas:

Castigo positivo

Añadiendo algo que no le gusta. Este es el camino más militar o el camino del entrenamiento arcaico. Esto puede ser desde un chasquido, un aplauso, golpear el diario contra el suelo o darle un toque en la costilla (como César Millán). Hasta incluso cosas más extremas como un golpe, una patada o un collar eléctrico . Todas estas entran en la misma categoría del Castigo Positivo. El problema de este método es que, si bien es innegable que muchas veces funciona, traerá efectos secundarios para nuestro perro y nuestra relación con él. Dañará nuestro vínculo con el perro, lo hace más inseguro, miedoso, desconfiado e incluso muchas veces más agresivo. No se recomienda por ningún motivo castigar conductas bajo este método, pero si es necesario explicarlo.

Castigo negativo

Esta opción se conoce como Time out y se basa en lo que técnicamente se conoce como castigo negativo. Se ha demostrado que es más efectiva que la anterior y no presenta efectos secundarios en nuestros perros ni en nuestra relación con ellos.
Este tipo de castigo se logra sacando del ambiente algo que al perro le agrada. Esto puede ser el contacto social con nosotros, poder estar con nosotros en la misma pieza, el cariño, la comida, algún grado de libertad, entre otras. Por ejemplo, si le estoy haciendo cariño y él me muerde la mano, el dejar de hacerle cariño en el segundo que me muerde funcionará como un castigo negativo. O si un perro pequeño me está mordiendo los zapatos y yo los levanto por un tiempo cada vez que me muerde, también lo verá como un castigo (¡se va la entretención y la interacción conmigo!). Otro ejemplo es si saco a mi perro al patio cada vez que este se sube al sillón, también sentirá que pierde algo bueno (estar adentro y nuestra compañía). Otra opción para esto último también puede ser en vez de sacarlo a él, abandonar uno la pieza y dejarlo solo.


Objetivos

El time out es un ejercicio super completo y va a cumplir tres objetivos, los tres de igual importancia. Le va a enseñar a nuestro perro que una conducta (por ejemplo, morder) es incorrecta o está mal, porque cada vez que él lo hace es castigada con el aislamiento social, le va a enseñar que estar tranquilo es bueno (lo premiamos volviendo a la zona de interacción cuando está tranquilo) y lo más importante, le va a dar valor a tu “No!” porque cada vez que le advertiste con un “No!” hubo una consecuencia de castigo. 

En algún momento, tu perro al escuchar el primer no de advertencia, va a poder predecir que el segundo tiene una consecuencia, por lo tanto va a dejar de morder. Por lo tanto, no vamos a tener la necesidad de decir un segundo no y castigarlo con el aislamiento social. Esta es una tremenda ventaja de este ejercicio ya que una vez que alcanzamos este nivel de comunicación podremos utilizar el “No!” en otras conductas y podremos educar a nuestro perro sin tener que castigarlo. Genial, ¿No?


Reglas

En este ejercicio es súper fácil enojarse, frustrarse y finalmente descargarse con tu perro, por lo que estas reglas como siempre son para proteger su aprendizaje y evitar abusos en el proceso.

  • Aviso previo: Permite la elección de elegir el camino correcto.

Antes de aplicar el time out siempre debe ir acompañado de un aviso, usualmente la palabra «no» de una forma amable, como advertencia. De esta forma la próxima vez que haga la conducta no deseada, le podremos avisar que deje de hacerla porque si sigue,  viene un castigo.

  • No neutral: No debemos transmitir emociones negativas en nuestro «No».

En este ejercicio usaremos dos veces el «No, el 1º de advertencia y el 2º de castigo, pero ambos son iguales en tono y expresión corporal. Sin emoción, es el «no» más zen que puedas expresar. Y ambos son iguales, para que el perro aprenda el significado del “no”, no queremos que aprenda del enfado.

  • Duración: Nunca más de 2 minutos de castigo.

El castigo es corto, no nos interesa que el perro permanezca horas castigado por dos motivos principales, el 1º es poco ético castigar de esa manera y 2º es inefectivo. Al rato de haber dejado a tu perro afuera, él comenzará a hacer otra actividad y dejará de hacer efecto el castigo. Lo que nos interesa es que entienda que cada vez que hace X conducta, la consecuencia será un Time Out y para eso necesitamos muchas repeticiones. Puede ser que tome 4 o 40 repeticiones, no importa, debemos ser consistentes en la educación.

  • Jamás usaremos el miedo o dolor como castigo: Es parte de nuestra ética profesional.

En el manejo del time out, la aproximación para tomar al perro es lenta (no es una amenaza) ni me acerco gritándole. Lo tomamos del collar o lo tomamos en brazos con cuidado y gentileza y lo llevamos a la zona de castigo. No nos interesa retarlo en el camino o sacudirlo para que se sienta mal. Su castigo es el aislamiento social y ese ya es castigo suficiente.


Etapas

Este ejercicio tiene cuatro etapas, pero podemos decir que tiene dos fases. En la primera fase el perro tiene que aprender el significado de la palabra “no” y aplicaremos las 4 etapas de este protocolo. Una vez que aprendió el significado de la palabra «no» (sabremos que la aprendió ya que al escucharla dejará de hacer la conducta no deseada) recién en este momento podemos comenzar a utilizar el «no» en nuestra vida cotidiana, si no, aún se encuentra en la fase de aprendizaje.

1º Etapa, “no” de advertencia

Para poder decir el «no» de advertencia, nuestro perro en ese mismo momento debe estar equivocándose. Los perros aprenden por acción y consecuencia, por lo tanto, si ya dejó de morder la silla, y le digo que “no” voy a estar advirtiéndole que no vuelva a sentarse al lado de la silla con cara de inocente. Por esto, mientras está mordiendo la silla (o haciendo algo que no queremos), le decimos «no» Si es que nuestro perro está mordiendo o realizando algo que quiero que deje de hacer voy a partir diciéndole un «no» suave, sin tono autoritario, y sacándolo de lo que está mordiendo. Podemos hacerlo poniendo nuestra mano en su cabeza y alejarlo de esa forma de lo que está mordiendo. Siempre lo hacemos de una manera amable.

2º Etapa, la elección:

Una de las claves de este ejercicio es que le estamos dando la oportunidad al perro de elegir. Me comporto bien y me quedo aquí o me comporto mal y me castigan. Para esto es clave que nosotros separemos, alejemos o impidamos por unos segundo que siga cometiendo el error. En ejemplo de la silla, le decimos el «no» neutral, y lo alejamos a unos centímetros de la silla, para que no pueda seguir mordiendo. Estando lejos, nuestro perro tiene que elegir si vuelve a la silla para morderla o abandona la conducta. En un comienzo, nuestro perro no entenderá el significado de la palabra «no», por lo que naturalmente va a volver para continuar con la conducta no deseada.

3º Etapa, el «no» de castigo:

Al volver a repetir el error, volvemos a decir el mismo «no» de manera suave y tranquila e inmediatamente sacamos al perro de donde está (me aproximo tranquilo y relajado) y aplicamos el castigo del aislamiento social que se haya definido previamente (dejarlo en un lugar de aislamiento como el baño, la cocina, la terraza. Lo que tengas más cerca) Es importante que de preferencia no sea su lugar de descanso. Una segunda alternativa que tenemos es retirarnos nosotros del lugar y dejarlo completamente solo, esto lo hacemos con perros que tengan intolerancia o agresividad ante las manipulaciones, cuando es muy grande o porfiado y no lo podemos desplazar.

4º Etapa, el retorno del castigo:

Una vez que tomamos y dejamos tranquilamente a nuestro perro en su zona de castigo (ojo; jamás nos enfadamos, ni lo tiramos al pozo de los lamentos) esperaremos 1 a 2 minutos máximo, hasta que se encuentre nuevamente en calma para abrirle la puerta y que se reincorpore al grupo social. Este retorno no es el del hijo pródigo y obviamente no le hacemos una fiesta de bienvenida, viene de un castigo pero lo trataremos naturalmente. Es clave para este ejercicio que el perro debe estar tranquilo al otro lado de la puerta o ventana (si es ventana puedes cerrar las cortinas para facilitarle el proceso) una vez que está en calma y que se le pasó la pataleta podemos abrirle la puerta. Ojo, no podemos retarlo por rasguñar la puerta o por llorar al otro lado, en silencio esperamos a que se calme. Por esto mismo no podemos dejarlo en un lugar con cosas delicadas o que nos importe si rompe o come. Sugerencias: Baño de visitas, terraza, cocina o logia (ojo con que no tenga su comida al alcance en su lugar de time out)

Este aprendizaje va a necesitar repeticiones, pero es un concepto clave. Durante un buen rato tu perro va a morder una, dos, tres o cien veces la silla y tú debes ser súper consistente en mantener la calma y cada vez que la muerda seguir estas 4 etapas. “no” de advertencia, alejar, “no” de castigo y aislar. Para que tengas una idea, a veces en una sesión de entrenamiento nosotros realizamos hasta 30-40 time out en una hora, esto implica que en esa sesión no entrenamos nada más que el aprendizaje del «no», pero así de clave es.

En perros que tienen muchas conductas indeseadas, como por ejemplo, muerden muebles, saltan a las visitas, muerden manos, ladran al pasillo, etc. Si aplicamos el time Out a cada conducta va a pasar más de la mitad del día en zona de castigo y es poco justo con él. Finalmente va a aprender que haga lo que haga lo castigan, por lo que va a aprender a inhibirse (apagarse, es muy común en perros maltratados). Por esta razón, siempre te recomendamos y está a nivel de una regla de este ejercicio, escoge solo una conducta indeseada y enséñale el time out solo con esa, si hace algo más que es una conducta indeseada, no le digas el «no». Una vez que aprenda el significado del «no», escoge una segunda, luego la tercera. Ya va a haber generalizado el concepto y el «no» te va a servir en cualquier situación.


Tips del ejercicio

Nunca un “no” autoritario:

Si decidimos sacarlo, este proceso no debe ser violento o brusco, puede ser con toda la suavidad del mundo y la efectividad será la misma.  No hay por qué decirle «no» fuerte en tono militar o gritarle. Puede ser un simple «no» suave. En el futuro, queremos que entienda con el menor «no» posible y no hacer el ridículo de andar gritándole a un perro

Consistencia:

Cada familia debe ser consistente con las reglas de la casa con las que utilizará el time out. No puede ser que un miembro decida castigar una conducta y que otro la permita, o incluso la refuerce. Hay que ser consistentes como familia y decirle también a los invitados del hogar. De esta misma forma, el time out debe hacerse cada vez que el perro se equivoca, independiente de cuantas repeticiones llevemos. ¡Paciencia!.

Comienza simple:

Se recomienda que en las primeras etapas de enseñanza escojamos un motivo del time out (mordidas o ladridos) no corregir ambos, así facilitamos el proceso de aprendizaje en el cachorro, una vez que entienda el “no” con una de estas conductas (mordidas, por ejemplo), podemos comenzar a enseñar la otra (ladridos) así le será más fácil entender el error.


Advertencia:

Estos ejercicios han sido perfeccionados, durante años, por Dog Teacher ®. En su elaboración y escritura hemos puesto pasión y cariño por nuestro trabajo. Si necesitas usarlo o compartirlo, por favor, solicita autorización a Dog Teacher® (contacto@dogteacher.cl) o al menos compártelos en el formato original con nuestro sello!!!

Mil gracias del equipo DT


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