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Conceptos
Para poder entrenar tenemos que entender un montón de mecanismos que nuestros perros están aprendiendo, en esta sección compartiremos nuestra experiencia junto con estudios científicos y de nuestra filosofía de entrenamiento como un sistema de comunicación y vínculo.
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Protegido: Programa entrenamiento Cachorro AM (temporal)

    Desde el gateo hasta que corra

    Esta etapa va a ser un momento de muchas risas y tiempo juntos, es la más entretenida para el niño, pero no necesariamente para nuestro perro, ya que el niño si ha tenido una buena etapa anterior con el perro, le va a gustar acercarse, buscarlo, tirar de sus orejas, su pelo e incluso su cola. Por lo tanto, somos los que en esta etapa debemos velar por el bienestar de ambas partes de esta relación evitando agresiones y abusos de ambas partes en el juego, y como todas las etapas previas y las etapas siguientes, siempre se debe supervisar y moderar las interacciones entre un niño y un perro.

    Esta etapa se viene trabajando desde el inicio del protocolo, en la obediencia básica, específicamente con la tolerancia a manipulaciones que se comenzó a entrenar antes del nacimiento de la guagua y se ha continuado durante todo el tiempo, aumentando progresivamente el nivel de tolerancia de nuestro perro a los tirones de oreja y cola. Ya que los niños sienten una gran atracción por los perros y aún mantiene el reflejo de tomar y no soltar, nuestro perro debe aprender a tolerar progresivamente estos agarres del niño. Que lo hayamos trabajado durante meses, no quiere decir que vayamos a poner al niño encima, y dejarlo que lo agarre y no lo suelte más! Nosotros debemos supervisar esas interacciones y si por accidente él agarra al perro, el perro será más tolerante y va a permitir algunos deslices. Pero si es el abuso continuo de tirar la cola y las orejas, es entendible que el perro llegue a molestarse y evite acercarse al niño, lo cual tampoco es algo bueno, ya que buscamos que tengan una buena relación y evitar agresiones, si estos abusos continúan y las advertencias del perro son ignoradas (señales de calma, gruñidos y evitación) es probable que recurra a la agresión. Debemos ir progresivamente aumentando el nivel de “invasión” del niño hacia el perro, ya que este no se siente cómodo con los abrazos y al igual que nosotros necesita su espacio personal, su metro cuadrado, pero podemos hacer que este sea mas pequeño y mas tolerante a la cercanía de la guagua.

     

    Hasta ahora la mayoría de las actividades de la casa se habían realizado sobre la altura del perro, en las mesas, camas o nosotros de pie, pero de ahora en adelante muchas cosas van a pasar a su nivel, en el suelo. Esto va a generar muchas situaciones en las que el “NO” y el reto puede aparecer si no nos preocupamos de enseñarle al perro a no tomar todas las cosas del suelo y respetar el metro cuadrado de espacio personal. Para esto, tenemos dos estrategias claras:

     

     

    • La primera es utilizar el quieto del perro para mantener una distancia prudente entre el perro y el niño, mientras se realizan las actividades a nivel del suelo. Así yo debo premiar al perro mientras el niño está entretenido jugando.
    • Lo segundo es ir realizando “Refuerzo de calma” del perro mientras hacemos estas actividades. 

     

    “Refuerzo de calma”: a diferencia del espacio de calma, es que nosotros aprovechamos que nuestro perro ya se encuentra en calma para reforzarlo. En estas situaciones que él se encuentre acostado relajado en el suelo, o en su cama incluso durmiendo, yo me acerco con cuidado y simplemente coloco comida en frente de su hocico para que el simplemente piense “cada vez que estoy calmado llueve comida, voy a hacer esto más seguido”. Cuidado que NO debo marcar la actitud de calma con un “muy bien” ya que esto lo sacará rápidamente de su estado de calma y estaría excitado esperando el premio. 

     


     

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