Zonas de confort y su expansión
De la misma forma como iremos trabajando en un sistema de trabajo piramidal, será inevitable que nuestro perro se vaya enfrentando a situaciones no muy cómodas, donde la emoción estará en un nivel 2 o 3 de la escala y que obviamente no le va a gustar, no va a estar feliz de estar tan cerca de un estímulo que a él no le agrada (en el caso de reactividad por miedo o agresividad) o va a generar frustración por no poder acercarse como le gustaría (en el caso de reactividad por sobreexcitación y sobre estimulación) en ambos casos, vamos a llevar a nuestro perro a sus límites, lo vamos a exponer a una zona desconocida y desagradable para el. Estos espacios que están fuera de su zona confort, donde él está cómodo y feliz, son los que tenemos que conquistar!
La zona de confort tiene varias definiciones, pero todas apuntan a que es un estado mental, donde nos sentimos cómodos y seguros, o bien una zona mental donde no se tiene sentido de riesgo. Todo esto nos muestra o señala que sería un buen lugar para estar y desempeñarse, ya que es una zona que sólo abarca lo conocido, ese ambiente donde estamos a gusto y nos hace sentir seguros porque todo está bajo nuestro control, pero desde el punto de vista de la psicología, es un lugar peligroso, obviamente no es percibido así por el sujeto que se encuentra ahí, si no por quienes lo rodean. Permanecer en las zonas de confort supone una pérdida de incentivos y motivaciones que llevan a caer en la monotonía, la apatía, la desgana y el desgaste. Por lo tanto podríamos decir que las áreas de confort finalmente nos limitan, limitan nuestro rango de acción, nuestras ganas de superarnos, de enfrentar desafíos, etc.
Durante la modificación de conductas, vamos a ir empujando continuamente a nuestros pacientes fuera de su zona de confort, vamos a ponerlos a veces en situaciones incómodas que los van a enfrentar a veces a emociones negativas (no tan positivas) con el objetivo de que vayan expandiendo sus zonas de confort. Al sacarlos de la zona de confort, en el sistema de trabajo piramidal, poco a poco estos espacios en los que no se sentían seguros, donde estaban definitivamente incómodos, van a ir transformándose en nuevas zonas de confort, vamos a ir expandiendo sus espacios de confort.
A diferencia de la creencia, que al salir de tu espacio seguro se rompe un campo de fuerza protector, es justamente lo contrario, se expande, crece y puedes sentirte cómodo en otros espacios. Pero cuidado, hay dos pilares en este trabajo y es crítico el ir trabajando en oleajes continuos (trabajos piramidal), como una marea que avanza por la playa iremos avanzando, ola a ola conquistando esos espacios.
El segundo concepto que deberemos tener presente es el lenguaje corporal, tendremos que tener súper claros los límites que vamos expandiendo, ya que si avanzamos demasiado rápido, o sin considerar los límites de nuestro perro, podemos generar una mayor aversión, que técnicamente se llama sensibilización, por lo que siempre avanzar empujando los límites, pero leyendo el estado emocional de nuestros perros.
Incluso en la medida que vamos ganando más y más zonas de confort en nuestros pacientes a veces elevamos la dificultad a escenarios que ellos normalmente no enfrentarían, como andar en micro/metro o ir al mall de compras. ¿por qué hariamos esto? la respuesta es simple, si estos escenarios mega complejos están dentro de su zona de confort, ¿te imaginas lo fácil que será enfrentarse a los escenarios del día a día? Nuestro objetivo final, siempre va a ser que nuestros pacientes puedan estar en un escenario normal cómodos y relajados, no queremos perros robot, militares ni de circo, pero a veces exponerlos a escenarios más complejos y difíciles los ayuda a enfrentar el día a día de mejor manera. SIEMPRE con muchísimo cuidado de ir progresivamente, enfrentando problemas en la medida que tu perro pueda solucionarlas y con mucha atención a su lenguaje corporal, de cómo se va sintiendo y gestionando este proceso. No es cosa de llegar y lanzarlos a la piscina para ver qué pasa.