Contenido del curso
Conceptos
Para poder entrenar tenemos que entender un montón de mecanismos que nuestros perros están aprendiendo, en esta sección compartiremos nuestra experiencia junto con estudios científicos y de nuestra filosofía de entrenamiento como un sistema de comunicación y vínculo.
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Protegido: Programa entrenamiento Adulto (temporal)

    Uso del trabajo guiado

    Los programas de trabajo guiado han sido una incorporación reciente a nuestros webinar, debido a que en versiones anteriores de otros webinar nos comentaron que el protocolo de trabajo (programa conceptual del entrenamiento) era complejo de aterrizar en el día a día. Que, si bien incorpora todos los elementos a trabajar, es difícil decidir cómo avanzar y cuándo trabajar un determinado concepto o ejercicio. Esta propuesta de trabajo se basa en un trabajo diario y acumulativo, los ejercicios de las semanas 1-4 deben seguir entrenando al igual que se deben mantener conceptos con la comunicación honesta durante todo el trabajo (y la vida del perro). 

    Los avances están propuestos para un trabajo semanal de al menos una sesión diaria de entrenamiento (30 minutos), un paseo diario (45 minutos) y juegos de manera diaria (30 minutos). Incorporando el plan de optimización ambiental y los trabajos de vinculación y comunicación honesta. La etología es igual que el kinesiólogo o el nutricionista, si no hago los ejercicios no me recupero de la lesión, si no como sano y hago ejercicio no bajo de peso. Simple, y entre más trabajemos, más rápido será el avance.

    Si bien, como se ha mencionado en varias ocasiones, la medicina del comportamiento no es una ciencia exacta ni podemos entregar una fórmula matemática, el programa de trabajo guiado es una aproximación, un ejemplo o un marco de referencia de cómo establecer un plan de trabajo. Debes adaptarlo a tu perro, a tus habilidades, e ir evaluando qué te sirve, qué no, qué debes mejorar tú, qué debe mejorar tu perro, etc. Esperamos que este programa les sirva, estaremos como siempre abiertos a comentarios, para seguir mejorando junto a ustedes.

     

    Reglas del uso del Programa de trabajo guiado

    Hay dos reglas simples: primero, JAMÁS debemos avanzar si no tenemos superada la etapa anterior, apurarnos es un muy mal negocio en la reactividad. No podemos avanzar un criterio si presenta estados de reactividad en el criterio anterior (no puedo pasar a los 10 segundos si a los 5 se ponía ansioso ni puedo disminuir de 10 metros si a los 12 estaba nervioso). 

    Y como regla general, JAMÁS retar o castigar al perro por gruñir, ladrar o comportarse de manera reactiva, no  importa lo escandaloso o frustrante que sea. Si lo retamos lo único que vamos a lograr es gastar energía de manera inutil y vamos a crear inestabilidad en el vínculo contigo como su tutor y hace más difícil el tratamiento de la reactividad.

     

     

    Trabajo semana a semana

     

    Semana 1 a la 3

    Durante el 1er periodo nos enfocaremos en el perro, en su capacidad de gestión del estrés, gestión de la emoción, comunicación y vínculo con el tutor. Nos enfocaremos en trabajar en casa, no nos enfocaremos en el paseo ni en la reactividad, pero debemos seguir con los paseos diarios, solo que serán de calma y tranquilidad y no de trabajo.

    • Comenzamos diseñando e implementando un plan de optimización ambiental diario, con comederos complejos, estímulos diversos que fomenten conductas naturales. Mejoraremos áreas de descanso, rutinas de alimentación, juego y paseo.
    • Debemos eliminar actividades que generen conductas obsesivas y ansiosas, como los juguetes chillones, perseguir objetos como la pelota, perseguir reflejos de luz, etc. y estimular actividades más naturales como la exploración, destrucción de objetos autorizados, etc.
    • Plan de entrenamiento inicial con ejercicios básicos entrenados mediante refuerzo positivo y respetuoso (muy bien, sentado, echado), ejercicios de autocontrol y control de impulsos (foco y quieto).
    • Implementar una comunicación honesta, coherente y clara con tu perro, ir construyendo un lenguaje de entendimiento. Por medio de comandos claros.
    • Trabajar la demanda de atención (disminuir y controlar elementos y estados ansioso asociados a demanda de actividades por parte del perro) y fomentar estado de calma y relajo mediante el refuerzo de calma. 
    • En los paseos, incorporar la calma antes de salir y evaluar si podemos incorporar espacios de calma durante el paseo (en lugares tranquilos). 
    • Ir aplicando estrategias de salida durante los paseos, y practicando escenarios de trabajo para aprender a usarlos.

    Semana 4 a la 8

    Recuerda que debemos ir avanzando en la medida que nuestro perro va mejorando, no es un tema de tiempos, sino de mejoras. Si notamos que nuestro perro está más tranquilo dentro del hogar, menos nervioso y más calmado, podemos avanzar. 

    • Continuar con el trabajo de ejercicios de entrenamiento, comenzar con ejercicios más complejos como el modelado con correa, la llamada o el “a tu lugar”, además de ir gradualmente aumentando su nivel de autocontrol, e ir exigiendo cada vez un poco más en cada ejercicio. Para esto podemos aumentar criterios de dificultad, como la duración en el Quieto e incluir ejercicios más complejos de control de impulsos como el “deja”, ”Drop it” u otros, y además comenzar el trabajo de gestión de la emoción con el espacio de juego.
    • Empezar con los ejercicios de nuestro protocolo de confianza, “Juego de Olfato”, “Propiocepción” y “Resolución de Problemas”. En las sesiones de entrenamiento, tener especial atención que la realización de estos ejercicios provenga desde la calma y no desde la impulsividad. Queremos que el perro los realice de manera tranquila, calmada, con movimientos lentos y que estos no sean frenéticos.
    • Empezar sesiones de entrenamiento durante el paseo, en áreas tranquilas y sin estímulos gatillo. Con respecto al paseo, en esta etapa hay que empezar a evaluar si el perro logra estar calmado afuera, sin necesariamente la presencia del estímulo que gatilla su reactividad. Suponiendo que el estímulo desaparece o no existe durante un paseo ¿logra el perro ir calmado? ¿va tirando todo el tiempo de la correa? ¿responde cuando lo llamamos? ¿es capaz de aceptarnos comida? ¿cómo reacciona si nos quedamos parados un rato?. En este periodo, debemos enfocarnos en que el perro logre calmarse afuera y estar conectado con nosotros (debemos fomentar una clara y buena comunicación). Para esto es esencial el paseo de abuelo, el ejercicio de quieto en puerta, los ejercicios del paseo (volantín, roca, vuelta, monito mayor, modelado y resolución de problemas), además de intentar entrenar los ejercicios aprendidos previamente en casa, estando afuera. A su vez, es importante trabajar la capacidad del perro de conectar con nosotros y mirarnos rápidamente después de que lo llamamos para conectar. Que no nos implique mucho esfuerzo conseguir su atención. 
    • Durante este periodo es importante que nosotros tengamos en cuenta que durante todo el entrenamiento, debemos enfocarnos en lograr que el perro piense (no que solo responda), que sea pausado y que tome decisiones, más que ser un perro rápido, responsivo, automático y que no piense en los ejercicios, si no que los ofrezca de manera  impulsiva. Este es un concepto que tenemos que seguir inculcando en nuestro perro siempre.

    Semana 6 a la 10

    Recién aquí comenzaremos a trabajar la reactividad de nuestro perro. Solo una vez que ya esté completamente regulado en su hogar y en el paseo (sin el estímulo gatillo).

    Lo primero que tenemos que tener muy bien entrenado son las herramientas y las estrategias con las que contamos para redirigirlo hacia nosotros y conseguir su atención. Esto puede ser su nombre, el “Muy Bien”, el “Monito Mayor”, el Modelado o Propiocepción. Pero debemos asegurarnos de poder conseguir la atención del perro cuando lo necesitemos. Además, nosotros debemos tener muy interiorizado y manejar a la perfección conceptos como la escala de la emoción, trabajo piramidal, estrategias de salida, distancia crítica, etc.

    • Debemos partir a la distancia en que el perro se encuentre cómodo con el estímulo (distancia crítica antes de la reacción). Algunos ejercicios útiles para ir evaluando esa distancia e ir aproximándonos son: monito mayor, juego de olfato lineal hacia el estímulo, usar su su nombre y obediencia básica para evaluar el nivel de conexión con nosotros. 
    • Debemos tener pleno conocimiento del lenguaje corporal de nuestro perro para poder ir evaluando su comportamiento y en qué parte de la escala de la emoción se encuentra, pudiendo así anticiparnos a su reacción. 
    • Usaremos ejercicios de juego de olfato principalmente para contracondicionar el estímulo gatillo (siempre bajo el umbral de reactividad) e iremos disminuyendo las distancias progresivamente. Siempre debemos trabajar de manera piramidal y en oleajes (me acerco y alejo del estímulo).

    Semana 1o en adelante

    De aquí en adelante debemos mantener y seguir reforzando todo lo logrado en las semanas anteriores. Así, con mucha calma y paciencia ir poco a poco acortando la distancia crítica, hasta alcanzar una distancia natural. Para nosotros un buen criterio de distancia natural es poder pasar junto a tu estímulo gatillo sin tener que cruzar de vereda (si te necesitas alejar hasta la cuneta, igual es un tremendo avance).

    Esta etapa puede tomar diferentes rangos de tiempo, de 1 a 2 meses o más, por lo que en el programa de trabajo guiado, desde este punto no podemos seguir colocando semanas si no que seguiremos en una progresión de etapas.


    Mese siguientes (etapa interacción directa):

    En esta etapa tu perro está sin reaccionar frente al estímulo gatillo, a una distancia máxima de 2-3 metros. E introduciremos el estímulo gatillo de manera controlada, para buscar interacciones directas.

    Avanzamos ahora con la ayuda de un perro facilitador que dejaremos en un lugar fijo y tranquilo (con otro entrenador o un ayudante). Para esto te recomendamos generar redes, con otras personas que tengan perros reactivos, para que así se apoyen como entrenadores secundarios. Obviamente el perro facilitador no puede ser el reactivo.

    Dejando al perro facilitador acostado, iremos aproximándonos con nuestro perro utilizando correa corta (por seguridad) pero relajada, y buscaremos que nuestro perro olfatee, salude o interactúe con el perro facilitador. No busques grandes interacciones, a veces solo olfatear el aire, cerca de él, es suficiente.

    De manera paralela y a mayor distancia (o una distancia segura para el perro reactivo) comenzaremos a pasear ambos perros, e iremos disminuyendo estas distancias hasta poder pasear paralelos. El paseo es una de las mejores formas de generar un vínculo con otro individuo (no necesariamente jugando y saltando) y nos permite avanzar en construir ese vínculo de manera segura.

    Este proceso debes realizarlo con varios perros. En la medida que vaya generando vínculos con más individuos, será más probable que pueda seguir desarrollando nuevos vínculos posteriormente, o que tolere a nuevos individuos cada vez de mejor manera.

     

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