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Conceptos
Para poder entrenar tenemos que entender un montón de mecanismos que nuestros perros están aprendiendo, en esta sección compartiremos nuestra experiencia junto con estudios científicos y de nuestra filosofía de entrenamiento como un sistema de comunicación y vínculo.
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Protegido: Programa entrenamiento Adulto (temporal)

    Trabajo piramidal

     

    Un punto clave dentro del trabajo de la reactividad es que las sesiones de trabajo deben tener siempre una estructura piramidal en cuanto a la dificultad de la sesión

    ¿A qué nos referimos con esto?

    En toda sesión de trabajo tenemos dos formas de progresar: aumentando los criterios de avance o las 4D (puedes leer más de esto en el nivel inicial de la Academia DT), cuando estamos entrenando conductas como el sentado o el quieto tenemos una progresión lineal, básicamente, aumentamos un criterio de manera lineal (Ej: En el quieto comenzamos con un criterio de 1 metro, luego quieto de 2 mts, luego quieto de 5 metros para terminar luego de semanas en un quieto de 10 metros). Pero cuando entrenamos o modificamos conductas, donde están involucradas emociones, las progresiones son siempre piramidales, (como cuando trabajamos el miedo a personas, sobreexcitación en el saludo, o reactividad como es nuestro caso). Esto quiere decir que comenzamos lo más fácil posible para el perro, seguimos aumentando criterios hasta lo más difícil que puede tolerar sin reaccionar y luego volvemos a un nivel cercano al inicial (haciendo una pirámide, fácil-difícil-fácil). 

    Lo hacemos así debido a otro concepto clave, la predisposición emocional. Esto se refiere a la emoción asociada a la última experiencia, que nos va a predisponer a entrar en una emoción con mayor facilidad. Por ejemplo, si la última vez que fuiste al dentista te hicieron un tratamiento doloroso, tu emoción fue negativa y no muy placentera, entonces, la próxima vez que vayas al dentista probablemente vas a estar nervioso y vas a entrar con miedo a la consulta. Esto es predisposición emocional y tiene que ver con cualquier emoción asociada a un estímulo o contexto, por esto es clave y fundamental trabajar con el sistema piramidal, para que la última experiencia asociada al estímulo gatillo no sea terrible, si no que sea fácil, por lo que la mente del perro no se va a predisponer a la emoción negativa que estamos tratando de cambiar. Por lo tanto recuerda: siempre debemos terminar fácil para que tu perro no tenga un mal recuerdo y le sea fácil comenzar en ese nivel, incluso si aumentas un poco la próxima sesión.

    Gráfico trabajo piramidal: Siempre partiremos en la distancia máxima que tolera nuestro perro sin presentar reactividad, luego iremos disminuyendo ese criterio, hasta alcanzar el mínimo que tolera sin reaccionar, y cerraremos la sesión volviendo a aumentar la distancia para favorecer una predisposición emocional positiva.

    Siempre en el aprendizaje animal tenemos lo que se conoce como los criterios de avance o las 4D del entrenamiento, debemos partir trabajando a un nivel que para el perro sea fácil, en donde la distancia crítica que el perro soporta aún no esté cercana a su nivel de reactividad (1º grado de la emoción) y sea relativamente fácil desconectarlo del estímulo gatillante (Etapa fácil de la pirámide).  Luego, debemos llegar progresivamente a la distancia crítica (punto máximo de tolerancia de tu perro, 2º-3º grado de la emoción), redirigiendo siempre al perro para trabajarlo correctamente, debemos ser capaces de conectar con él. Llegar al límite de lo que el perro soporta y mantenernos ahí trabajando un tiempo hasta que el perro ya haya logrado soportar más de lo habitual, para finalmente retroceder y volver a la zona fácil, que no presenta tanta dificultad para el perro. Así trabajaremos siempre en un sistema piramidal. Fácil, difícil, fácil.

    Trabajando de forma piramidal logramos principalmente dos cosas. Primero, que el recuerdo que se lleva el perro de la situación siempre sea de que fue “algo fácil”, que no pasó nada malo y siempre terminó de buena forma, en un nivel que para el perro era completamente lograble y soportable. De esta forma va a asociar la situación con algo positivo. Poniendo un ejemplo humano, supongamos que vamos a una fiesta que está muy entretenida. Si al inicio de la fiesta, pasé un mal rato con alguien, pero luego me olvidé y lo pasé increíble, mi recuerdo de la fiesta será positivo. Ahora, si por el contrario lo pasé increíble pero en el último minuto pase un mal rato y me arruinó el momento, mi recuerdo de la fiesta no será tan positivo, ya que ese será el último recuerdo de esto. Eso mismo pasa en el trabajo piramidal con perros, queremos que siempre termine bien, para que su recuerdo del estímulo sea positivo, para usar a nuestro favor la predisposición emocional.

    El segundo motivo es que si no hacemos esto, solo iremos aumentando siempre de dificultad y nunca daremos al perro la oportunidad de relajarse o descomprimir ciertos niveles de estrés. Este es un error relativamente común en el entrenamiento de la reactividad, en donde solo vamos aumentando y el perro termina acumulando más y más estrés, hasta que reacciona por acumulación. Es importantísimo que demos a nuestro perro la oportunidad de relajarse después de una sesión de trabajo en la que sobrepasamos su distancia crítica. Y luego, después de un descanso, podemos volver al trabajo y buscar sobrepasar nuevamente su distancia crítica.

    A continuación se muestra un gráfico donde se visualiza cómo se va trabajando durante toda una sesión en la que iremos haciendo aumentos de criterios y pausas para integración de la información y la liberación del estrés (en este gráfico hay dos pausas, pero pueden ser cuantas quieras o cuantas necesite tu perro). El eje vertical indica la dificultad de trabajo (que puede ser una menor distancia hacia los estímulos, o una mayor intensidad del estímulo) a medida que avanza el tiempo de la sesión.

    Gráfico trabajo piramidal durante la sesión: En este gráfico podemos observar los aumentos de criterio y cómo vamos progresando de manera piramidal. Aumentamos el criterio y hacemos una pausa, para luego retomar en dos ocasiones más, aumentando este en lo que nos vamos acercando al estímulo gatillo. Vamos integrando sus respectivas pausas y al final terminamos en un criterio muy similar al inicial, para usar a nuestro favor la predisposición emocional.

    Terminada esta sesión, nuestra próxima planificación puede ser comenzar a trabajar más cerca del estímulo gatillo, hacer la misma progresión piramidal e ir mejorando sesión a sesión. 

     

    Si vemos el siguiente gráfico, en el cual tenemos varias sesiones de tendencia piramidal, con los aumentos de criterio de sesión a sesión, podemos ver que igualmente la tendencia del gráfico es una progresión lineal, lo cual es bueno, porque significa que vamos avanzando en nuestro tratamiento.

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