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Conceptos
Para poder entrenar tenemos que entender un montón de mecanismos que nuestros perros están aprendiendo, en esta sección compartiremos nuestra experiencia junto con estudios científicos y de nuestra filosofía de entrenamiento como un sistema de comunicación y vínculo.
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Protegido: Programa entrenamiento Cachorro AM (temporal)

    Primera presentación

     

    Para que esta relación sea una amistad buena y que perdure en el tiempo, debemos preocuparnos que la primera vez que se encuentren sea de la mejor manera posible. Normalmente la llegada del hospital a la casa suele ser sumamente caótica, por lo que entre más preparados estemos mejor va a resultar. El escenario normal, es que a la llegada de la clínica venimos en auto, lleno de bolsas, maletas y regalos, y ya no nos quedan manos para recibir al perro. Por lo tanto el primer paso es que el acompañante se encargue de entrar todas las cosas a la casa y aproveche de saludar al perro. Un vez adentro, colocarle correa y tomar algunos premios antes de presentarle la guagua. Para esto, la otra persona con la guagua en brazos idealmente se lo presenta y deja que lo olfateé a distancia segura, si se sienten más cómodos también puede ser en el coche o en el huevito, manteniendo las mismas precauciones.

    El objetivo de esta primera presentación es que el perro sepa que la guagua existe, que esa cosa pequeña que se mueve es aceptada por los otros integrantes de la familia, y que se relaciona con los olores que ya le presentamos anteriormente, no buscamos que sean amigos a primera vista, simplemente hacer que este primer encuentro sea positivo y no negativo.

    Luego de este primer encuentro super positivo y encantador, tenemos que encargarnos de incluir al perro en todas nuestras actividades con la guagua, para esto es que previamente hemos entrenado la obediencia básica, para poder controlar y manejar de buena manera a nuestro perro. Dentro de estas primeras semanas el mayor error que solemos cometer es retar al perro cada vez que se acerca o busca interactuar con la guagua, por lo que vamos creando una asociación negativa con el/ella. La mejor opción es que cuando veamos que hay interés y se aproxima tranquilo, dejemos que explore, si viene muy intenso o ansioso y creemos que puede ser riesgoso, simplemente le pedimos un sentado y un quieto y le acercamos la guagua con calma, para que puedan interactuar. Con la obediencia básica además podremos tener muchas situaciones en que ambos compartan tranquilos, el sentado/echado y quieto van a ser tu mejor aliado cuando estén alimentando, cambiando pañales, etc.

    Los perros tienen la capacidad de entender nuestras emociones, ellos al igual que nosotros también tienen la capacidad de empatía, por lo que debemos tratar de estar lo mas tranquilos que podamos en estas interacciones, si no podemos, siempre podemos actuar, mantener una voz calmada, una cara relajada y actuar con normalidad, tratando de convencer a nuestro perro, que está todo bien, que nosotros estamos felices de que el esté presente en las actividades junto a nuestro hijo, así se relajará y podrá compartir con él. 

    Observaciones: 

    • Nuestro perro debe tener todas las vacunas y desparasitaciones (internas y externas) al día.
    • Debemos estar relajados en esta situación, para no predisponer al perro.
    • Si el perro es muy intenso, controlarlo con las manos sobre el pecho y evitar que se suba a la persona o se meta dentro del huevito.
    • Jamás retar al perro por acercarse o querer interactuar con el niño ya que queremos que la asociación sea sumamente positiva, excepto que sea realmente necesario.
    • Y después hacer vida normal! dentro de lo que nos permitirá el nuevo hijo….

    Convivencia diaria

     

    El objetivo de toda la preparación previa durante los tres meses antes del parto era justamente poder tener una convivencia diaria lo mas fluida posible, sin problemas y muchas interacciones positivas entre el niño el perro y los padres. Para esto hay dos claves, la primera es el uso de la obediencia básica que nuestro perro ya sabe perfectamente para manejar o dirigir estas situaciones. Daremos algunos ejemplos de cómo usar los comandos en la vida cotidiana, pero la cantidad de usos son ilimitados y deben descubrirlos ustedes. La segunda clave es prepararnos para el éxito de estas interacciones entre nuestro hijo y nuestro perro, para esto es clave tener un perro relajado, en lo posible cansado, y con muchas actividades tanto físicas como mentales (entrenamientos, juegos de olfato y enriquecimiento ambiental).

    Ejemplos:

    • Dar de comer al niño: si estoy en la cama y junto al perro y necesito darle de comer al niño, puedo pedirle al perro que se baje, o vaya a su propia cama, con un abajo, a tu lugar, o simplemente pedirle un quieto sobre la cama y que se quede lejos del niño.
    • Dejar al niño en la mecedora: si tengo que hacer cosas en la casa y no puedo andar con el niño en brazos tengo que dejarlo en una mecedora o sillita, pero necesito que el perro no vaya a molestar al niño, para esto puedo pedirle que se quede sentado y quieto (no eternamente obvio, pero si para que se quede tranquilo o dejarlo en su lugar. En caso que se levante y quiera ir hacia el niño puedo usar el «no» informativo (tranquilo y sin enfado) para decirle que deje de hacer lo que estaba haciendo (ir hacia el niño) y vuelva a su lugar (el no informativo debe construirse previamente en las sesiones de entrenamiento)
    • Juguetes en el suelo: el orden en la casa suele revolucionarse un poco con la llegada de un niño, por lo que muchas cosas van a estar permanentemente en el suelo,  algunas de estas voy a querer que el perro no las muerda o tome. Debo tratar de evitar el desorden porque algunas de estas cosas pueden ser tóxicas para el perro, pero si se me cae algo puedo usar el no informativo o la orden “deja” para que no se acerque.
    • Debemos ir construyendo un vínculo de amistad desde la etapa temprana del niño, para cuando este sea mas travieso y nos provoque algunos problemas, el perro ya lo quiera y le perdone algunos errores. Para esto vamos a usar dos estrategias relativamente sencillas:
      – Evitar mala asociación: debemos evitar retar o castigar al perro por cada vez que se quiera aproximar al niño, debemos incluso fomentar este tipo de iniciativas si son tranquilas y seguras con frases positivas como “eso es, que buen chico” “tranquilo, no pasa nada” o un “muy bien tranquilo”. Como regla general jamás se debe decir un “NO” fuerte y enfadado cuando se acerque al niño, excepto que sea muy necesario.
      – Contra-condicionamiento : vamos a aprovechar situaciones en que ambos (niño y perro) se encuentren tranquilos para ir haciendo una asociación positiva entre ambos y qué mejor que la comida. Podemos ir colocando pedacitos de comida en la mano o pies del niño (recuerda que él a veces no va a querer soltar, por lo que debemos ayudarlo) o cerca del niño, incluso puedo yo sostener el pedazo de comida pero simular que es el niño el que se lo pasa. 

    Así vamos a ir generando una relación positiva entre ambos que va a ir creciendo día a día. Al igual que las relaciones humanas, debemos preocuparnos de cuidar esta relación, que no se produzcan abusos de ninguna de las partes y que tengan más razones para juntarse que para odiarse. Algunas observaciones para mejorar esta relación es hacer estas dos estrategias cuando nuestro perro venga de un paseo, ya cansado y relajado, no ponernos nerviosos, ya que podemos predisponer a nuestro perro y preparar conscientemente estas sesiones. Que no sucedan por azar o coincidencia, si no que sean planificadas, para ser exitosas y evitar el uso y abuso del «no» que si bien es una herramienta, y lo mas natural siempre es decir que no, debemos tratar de usarlo lo menos posible y cambiarlo por premios.

    Para que estas interacciones iniciales sean más exitosas, va a ser fundamental la tranquilidad de nuestro perro al momento de realizarlas. Para esto tenemos varias estrategias que nos van a permitir calmar y cansar a nuestro perro y así además darle la actividad física y mental que él necesita diariamente. El objetivo es hacer alguna de estas actividades previas a las interacciones para relajar o cansar un poco a nuestro perro, estas actividades integradoras son:

    • Juegos de olfato: estas sesiones son entretenidas para el dueño, fáciles de realizar, no requieren demasiado entrenamiento y realmente agotarán a nuestro perro ya que el olfato es muy instintivo y requiere un alto gasto de energía, pero lo mejor es que son muy entretenidas para el perro, por lo que lo mantiene trabajando mucho tiempo!!
    • Sesiones de entrenamiento conjuntas: como tenemos que mantener el entrenamiento de nuestro perro para utilizarlo luego en situaciones complejas, estas sesiones buscan hacer entrenamientos. pero junto al niño, o en actividades donde él se vea integrado. Podemos hacer variaciones en el entrenamiento como la entrega del premio, ya que puede entregárselo al lado del niño y volver donde el tutor, así continuamos con la asociación positiva!!
    • Espacio de calma: es un ejercicio donde el perro aprende a calmarse para poder continuar con sus actividades normales, es una calma impuesta por el tutor cuando lo requiere, pero debe ser enseñada, si nosotros hacemos un espacio de calma previo a una interacción con el niño, el perro va a estar mas relajado y enfocado en nosotros, haciendo esta interacción con el niño sumamente fácil y tranquila.
    • Refuerzos aleatorios: recordemos que los perros va a ir aprendiendo en base a la consecuencia de sus acciones, por lo que si al acercarse tranquilo al niño, o echarse a su lado sin molestarlo recibe un premio, esto es más probable que se repita en el futuro. Por lo que debemos tener algún tipo de premio en diferentes partes, para poder aprovechar estas situaciones positivas y que se repitan en el futuro. Así que es recomendable tener una una bolsa Ziploc con unos 4-5 premios muy ricos en el bolso de los pañales, otra en la de la mamadera, cartera, la pieza del niño, etc.

    Observaciones:

    Van a existir algunas situaciones en que va a ser un poco más difícil o complejas de manejar, por lo que si nosotros sabemos que hacer en esas situaciones va a ser mucho más sencillo el poder manejarlas de una manera correcta cuando sucedan.

    • Excitado – hiperquinético: las situaciones de reencuentro o cuando otra persona es muy efusiva con nuestro perro, puede ser que él pierda un poco el control y se vuelva un poco loco. En estas situaciones tenemos varias alternativas y las nombraremos.
      – Conducta incompatible con refuerzo alto (cualitativo): Como nuestro perro ya tiene una obediencia básica, le podremos pedir en esas situaciones en particular que se siente por un premio mayor. Si le ofrezco lo mismo de antes pero el estímulo que lo hace perder el control es muy alto, le va a costar concentrarse y hacer el ejercicio. Por esto nos preparamos y tenemos una salchicha el día que venga esa persona especial y le pedimos un sentado a cambio de la salchicha.
      – Si es una visita programada lo que hacemos es prepararnos para esa llegada y que nuestro perro esté extenuado, un perro cansado es un perro feliz. Para esto podemos hacer un paseo previo, de 45 minutos mínimo o un juego de olfato intenso previo a la llegada, también podemos combinar ambos logrando el mejor resultado.
      – Colocar collar y correa y hacer un modelado con correa para poder manejarlo llevarlo a donde quiero y que no genere más molestias o incomodidad.
    • Ladrido: el ladrido puede ser de excitación, o de agresividad. Todo dueño que tenga una relación medianamente cercana con su perro podrá diferenciar entre estos dos ladridos. Si es de excitación tratar de clamarlo, pedirle un sentado y luego un echado, ya que en estas dos posiciones nuestros perros suelen calmarse un poco y es menos fácil ladrar. Si continúa y está molestando al niño, sacarlo del lugar de manera amable, siguiendo un premio, una vez afuera, entregarle el premio (de preferencia algún hueso o premio que tome tiempo en terminar). 
    • Agresivo: En ciertos momentos, tensos o difíciles, el perro puede mostrarse agresivo, tenemos que entender que la agresividad va desde la tensión corporal, (porque algo está sucediendo y le está haciendo sentir incómodo), al gruñido, que es una advertencia a través de la cual está queriendo decir que esa incomodidad ha ido escalando, y a la agresión en sí, ya sea mordida o abalanzarse sobre el otro atacando (obviamente este ultimo punto deberíamos preverlo y actuar antes).
      – Tensión y/o gruñido: detener inmediatamente lo que estemos haciendo y evaluar qué es lo que esta pasando, por qué nuestro perro esta advirtiéndonos que algo le molesta o incomoda tanto como para gruñirnos. No debemos retar o castigar el gruñido porque es una alerta, si esta alerta desaparece, el perro en el futuro solo va a morder sin advertir antes. 
      – Abalanza y/o muerde: lo mas rápido posible proteger al niño, retirarlo del lugar y tratar de alejar al perro, evitar golpear al perro durante este evento, porque la agresividad hacia él solo genera más agresividad hacia el otro, por lo que podemos complicar la situación. Si es necesario usar todos lo medios disponibles (de contención física o respuesta al ataque) para frenar el ataque, detener al perro o echarlo del lugar que se encuentre. Una vez terminado el ataque, revisar por heridas en todos, ver cómo esta el perro y hacer un análisis de por qué se produjo el ataque, anotando la mayor cantidad de detalles para después analizarlo con más calma.
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