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Conceptos
Para poder entrenar tenemos que entender un montón de mecanismos que nuestros perros están aprendiendo, en esta sección compartiremos nuestra experiencia junto con estudios científicos y de nuestra filosofía de entrenamiento como un sistema de comunicación y vínculo.
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Protegido: Programa entrenamiento Cachorro AM (temporal)

Enseñando el espacio de juego

El juego con nuestros perros es un momento de profunda conexión, de comunicación y vínculo que se puede hacer de manera muy positiva. Es un momento en donde se construyen conductas que aportan a la vida del perro. Por eso es importante hacerlo de manera correcta, ya que si se hace desde el desconocimiento, podemos generar algunos problemas y conflictos futuros con el perro. Por otro lado, la mordida es una herramienta importante de nuestros perros para botar energía y estrés. Es algo que queremos potenciar siempre y cuando sea bajo una estructura clara y no sea en descontrol. Vamos a partir dando algunas recomendaciones del juego en general y luego profundizaremos en el «espacio de juego».

Control emocional

Siempre vamos a querer que el juego sea con control emocional, cuando el perro se sobreexcita demasiado y pierde el control de la conducta (nos ladra excesivamente, se mueve descontroladamente) estaremos fomentando una forma de vínculo descontrolado. Esto no significa que no pueda perder el control de vez en cuando durante el juego, sino que la forma de jugar no puede ser descontrolada.

Juegos egoístas

Luego, hay ciertos tipos de  juegos que son más sociales y otros menos sociales, entre más social sea el juego, más beneficios traerá. Juegos egoístas como lanzar la pelota, si bien tienen el beneficio de agotar físicamente al perro, suelen traer consecuencias negativas ya que genera altos niveles de adicción al juego y ninguna adicción es beneficiosa (como los perros que van al parque y no pueden socializar con otros perros porque hay una pelota presente. Eso no puede ser bueno). En general, los juegos que son predatorios (perseguir objetos) son egoístas.

Juegos sociales

Hay algunos juegos que a pesar de ser predatorios tienen un componente social, como el frisbee, en el cual debes escuchar al lanzador antes de perseguir, y al regresar peleas con él por el frisbee, ahí hay dos componentes sociales. Todo juego que sea similar al tira y afloja son sumamente sociales, hay contacto físico, debemos respetar al otro, escucharlo y seguir las reglas del juego.

Con reglas disfrutamos jugar

Todo juego debe tener ciertas reglas, cierta estructura que nos permitan a todos disfrutar del juego. Las reglas no son porque sí, sino que son para poder jugar todos sanamente. Por ejemplo, si a nosotros nos gusta el fútbol pero golpeamos a un compañero en el juego, ¡nos van a expulsar! y nosotros y nuestro compañero lo vamos a pasar mal. Por eso es que en todo juego existen reglas. Pero estas reglas debemos definirlas, aprenderlas y en el caso del perro, debemos enseñarlas.

Hay muchas formas de enseñar este juego, nosotros queremos que tú tengas la mayor variedad de opciones, por lo que te dejamos un PDF en los desagradables con información de Victoria S. otra gran entrenadora.

Si bien este ejercicio es entretenido y dinámico, te recomendamos estudiarlo bien, saber las reglas y entender los mecanismos del juego, así cuando se lo enseñes a tu perro, no cometeremos errores. Vamos a lo nuestro, el «espacio de juego» es una lucha por ganar el mordedor y utilizaremos como ejemplo un partido de fútbol para ir ejemplificando las etapas y reglas.


Objetivos

Este ejercicio tiene múltiples objetivos, los dos principales son generar autocontrol, como siempre, y además que nuestro perro logre escucharnos y obedecernos estando en altos niveles de emoción. Durante el juego iremos controlando el nivel de la emoción mediante la intensidad que le vamos dando al juego, por lo que iremos aumentando la dificultad del ejercicio siempre buscando mayores niveles de autocontrol y de comunicación en la sobreexcitación. Además, como objetivos secundarios está el lograr que el perro nos traiga el objeto y que suelte algo que tenga en la boca. Así también este ejercicio provoca un nivel de cansancio mayor que simplemente correr, ya que involucra la parte cognitiva.


Reglas

Como ya se imaginarán, este ejercicio es complejo y tiene varias reglas, aunque en esencia se ve simple, es el segundo ejercicio clave en nuestra metodología. Junto con el modelado, son dos de nuestros pilares. Debemos ir enseñándolo de manera gradual, no podemos pedir a un niño que juegue bien sus primeros partidos de fútbol, por lo que debemos ser pacientes, permitir que se equivoque e ir enseñando estas reglas gradualmente. Intentaremos ir nombrando estas reglas en orden de importancia y aparición en el juego.

  • Autocontrol

Debemos buscar y fomentar el autocontrol de nuestro perro durante todo el juego. Desde el inicio al bajar el mordedor, en cada suelta y al término del juego. Esto no quiere decir que no exista sobre excitación y entretención, solo que debemos mantener la emoción justo bajo el punto en que pierde el control de la conducta.

  • Dejar ganar

Todo juego tiene un componente de competencia, es lo que lo hace entretenido, pero debemos controlar nuestras ganas de ganar y dejar ganar a nuestro perro mucho más de lo que ganamos nosotros. Pero debemos ser inteligentes y que el gane cuando está haciendo un esfuerzo, si no, se dará cuenta que lo estamos dejando ganar.

  • No perseguir

En este juego, por mucho que cueste, jamás debemos perseguirlo con el mordedor (ya que es mil veces más entretenido para él, pero nosotros nunca lograremos alcanzarlo) y esto después nos traerá problemas si queremos que nos traiga el juguete u algo que se robó.

Por lo tanto, cuando tenga el mordedor, debemos escaparnos de él.

  • Sin autoridad

En el juego para que ambos disfrutemos no debemos utilizar autoridad para un “trae” o un “suelta”, incluso si me muerde sin querer. ¡Debemos cambiar la autoridad por la motivación! lograr convencer a nuestro perro que haga lo que queremos en vez de obligarlo.

A estas alturas ya saben, nos carga la autoridad.

  • Fin del juego del autocontrol

Esta parte nos cuesta, sobre todo con los perros que ya han tenido aprendizajes del juego, obsesivo o demandante. Aquí debemos enseñarle al perro un comando del fin del juego, pero el mordedor debe quedar a su altura para que exista autocontrol, si quitamos el juguete y lo escondemos no hay autocontrol.


Etapas y estructura

El juego es un ejercicio complejo, muy diverso en comunicación y requiere bastante aprendizaje del entrenador para enseñarlo a su perro. Como todo juego, como el fútbol, tiene un inicio, desarrollo y término, pero además hay distintas etapas, como la motivación por jugar, enseñar a traer el juguete y soltarlo o como nos gusta decir a nosotros, compartir el juego. y también partes difíciles como el soltar el mordedor. La estructura está siempre presente en el juego, pero las etapas van variando dependiendo del jugador y su aprendizaje. Y todos los jugadores deben entenderlo (en este caso tú y tu perro). A continuación explicaremos brevemente cada uno de la estructura de un juego y luego daremos a conocerlas etapas para lograrlo.

El inicio del juego: Como en el fútbol, ningún jugador toca el balón hasta que no suene el pitazo inicial, por más ganas que tengan. Así, en el «espacio de juego», el pitazo inicial será cuando digamos las palabras «a jugar», nuestro comando verbal. Por lo tanto, mostraremos el mordedor al perro, debe estar a su alcance (frente a la cabeza aproximadamente 50 centímetros al frente). Obviamente él ya querrá ir a morderlo, pero esto le exigirá autocontrol al inicio del juego. Una vez que se pueda controlar, decimos el comando verbal de inicio «a jugar» y luego, ojo, sólo luego, comenzamos a mover el mordedor por el suelo.

El mordedor se mueve por el suelo como un conejo, siempre escapando del perro, con movimientos irregulares. No molestes a tu perro con el mordedor, ya que si lo muerde va a ser porque quiere alejarlo (como quien mata un mosquito en la noche) y no porque quiera jugar, debes lograr motivar sólo alejando el mordedor. No abuses, y luego de tres o cuatro intentos que trate de morderlo, deja que lo muerda.

El desarrollo del juego: Aquí es donde viene toda la entretención y es cuando jugamos al tira y afloja. Está todo permitido, gruñir, morder el juguete con mucha fuerza, ladrar, etc. Pero es bueno estar conscientes de que existen dos formas que el perro tiene para «hacernos goles» o pasarlo bien, y nosotros tenemos otras dos formas.

  • Goles de él:

Cuando estamos forcejeando con el juguete y nos empujan hacia ellos o nos arrastran. A pesar de que no tenga la fuerza necesaria para movernos, sí «actuamos» y les hacemos pensar que nos están ganando, pensará «¡soy el perro más fuerte del mundo!», aumentando su diversión al jugar.

Cuando se quedan con el juguete por un rato. Ya sea porque nos forcejearon y «nos ganaron» el juguete, o porque se lo tiramos lejos y lo fue a buscar. En ambos casos, el perro estará feliz por tener el mordedor en su poder y se estará divirtiendo más.

  • Goles de nosotros

Cuando al forcejear nosotros somos más fuertes y arrastramos al perro hacia nosotros.

Cuando le pedimos que suelte el juguete con el comando «suelta».

Es importante estar consciente de estas formas de hacer goles, ya que queremos que jugando el perro lo pase muy bien. Y, continuando con el ejemplo del fútbol, nadie quiere jugar con Ronaldo. Nos hará 100 goles, nosotros ninguno y con suerte tocaremos la pelota, resultando en que no queramos jugar de nuevo con él. Así, en el «espacio de juego»», es importante dejarlos ganar más a ellos. Idealmente, que nos metan 2 a 3 goles por cada 1 que nosotros hagamos. De esta forma, el perro querrá seguir jugando y compartiendo el juguete con nosotros. Si él gana y me quita el mordedor (o dejas que te lo quite) no cometas el error común de enseñarle al perro «el corre que te pillo», ya que así jamás nos devolverá el juguete, lo tomará como una competencia. Debo lograr convencerlo de que traerlo y jugar conmigo es más entretenido que jugar solo o que yo lo persiga. Es clave este punto y a veces sumamente difícil, porque aquí el juego se convierte en social. Sí le cuesta traértelo, y logra hacerlo, juega dos a tres segundos y rápidamente déjalo ganar de nuevo (suelta el juguete), así irás construyendo sus ganas de jugar contigo. 

El término del juego: Luego de varios minutos de juego, y cuando nuestro perro nos va ganando por goleada, el último gol es nuestro para poderle enseñar el término del partido. Le pido un último «suelta», le doy el comando verbal «basta se acabó». La clave es que el mordedor debe permanecer en la escena, pero el perro no puede seguir jugando. Si lo intenta le hago cosquillas en la lengua (ojalá antes de que alcance a morderlo) cuantas veces sea necesario, hasta que finalmente entienda que no vamos a seguir jugando aunque el juguete está presente. Esto es importante, ya que nos previene un problema de comportamiento futuro, que son estos perros que nos traen juguetes y nos traen juguetes y no se cansan de invitarnos a jugar, ya que no pueden estar tranquilos en presencia del juguete.

Las etapas de este juego, se parecen mucho a cuando uno está enseñando a un niño a jugar y amar el fútbol, primero en la motivación, somos relajados y alegres le permitimos errores y celebramos cada pequeño paso. Luego cuando ya tiene ganas de aprender le enseñamos a compartir este preciado tesoro llamado juego y finalmente le enseñamos la parte más difícil que es aprender a perder y al que el juego finalmente terminó. Vamos a conocer esas etapas en detalle.

1º Etapa, generar la motivación

Lo primero que debemos lograr es que el perro desee jugar con nosotros y comience a traernos el juguete voluntariamente. Para esto, jamás se debe perseguir al perro cuando tenga el juguete. No queremos que nos vea como una amenaza en su acceso al juguete, por lo que en vez de perseguirlo, lo motivamos para que nos lo traiga. Para esto, debemos estar conscientes de la forma en que ellos nos hacen goles. Así, si en algún minuto logramos agarrar el juguete, jugaremos un segundo y lo soltaremos de inmediato. Así el perro pensará «¡no me lo quiere quitar, y el segundo que jugamos juntos fue muy entretenido!». Si hacemos esto regularmente, además de nunca perseguirlo o competir por el juguete, comenzará a traernos el juguete y considerará que es más entretenido jugar con nosotros que solo. Este proceso puede tardar varios días.

2º Etapa, aprender a traer el mordedor

Una vez que la 1º etapa se cumple, añadimos el comando «trae» cada vez que deseamos que el perro nos traiga el juguete. Para esto, sólo debemos decirlo una vez, y motivar con nuestras manos y cuerpo a que lo traiga. Una vez que lo traiga, debemos jugar unos segundos al tira y afloja, y luego soltarlo.

3º Etapa, enseñar la estructura

Una vez que el perro entiende el comando «trae», ya podemos enseñar la estructura de inicio, desarrollo y término del «espacio de juego». Comenzaremos con el Inicio. Para esto, sentaremos a nuestro perro frente a nosotros mientras estamos con el juguete en nuestras manos. Iremos bajando el juguete hasta que quede a la altura de su cara, pero a unos 50 centímetros de distancia. Para lograr esto, cada vez que rompa la posición de «sentado», ya sea que salte o se abalance al juguete, lo escondemos o lo levantamos, así estaremos desmotivando cada movimiento. Apenas vuelva a sentarse, volvemos a bajar lentamente el juguete. Una vez que logramos que el perro esté controlado y sentado, con el juguete frente a él, decimos las palabras «a jugar» y luego comenzamos a moverlo en señal de juego. Así damos comienzo al juego y empieza la lucha por el mordedor.

4º Etapa, enseñando a soltar el mordedor

Acá le enseñaremos el comando «suelta». Esto lo haremos mientras estemos en el desarrollo del juego. Lo hacemos de la siguiente forma: mientras estemos jugando al tira y afloja agarramos el juguete con ambas manos, quedando su hocico al medio del juguete, y cada mano nuestra en un extremo. Mientras inmovilizamos el juguete, haciéndolo más fome para el perro, decimos la palabra «suelta» una vez, de forma clara y con tono de pregunta, no de autoridad. Luego, comenzamos a molestar la mordida del perro, hacemos cosquillas, metiendo nuestros dedos índice en su boca. Esta molestia hará que afloje la mordida y suelte el juguete. Aquí es importante dejar el juguete ahí y no retirarlo apenas lo suelta.

El perro debe controlarse al tener el juguete frente a él, pero resignarse a que no debe morderlo, por lo que molestaremos la mordida cada vez que intente masticarlo nuevamente. Siempre debo decir la palabra «suelta», luego hacer las cosquillas y cuando el perro abra la boca, debo mantener el mordedor en frente, si lo retiro muy rápido voy a invitarlo a seguir jugando. Este proceso puede durar algunos segundos hasta que deje de insistir en morderlo. Finalmente, cuando el perro se aguante y deje de intentar morder por unos segundos, premiaremos esta conducta y le diremos «a jugar» de nuevo, para luego invitarlo a seguir mordiendo o lanzarle el juguete lejos. Al igual que en un partido de fútbol, luego de cada gol debemos esperar el silbato del árbitro para continuar ¿no? aquí debe esperar hasta el «a jugar»» para reiniciar el juego.

Como ya dijimos, es importante no abusar del «suelta», ya que cada vez que lo pedimos es un gol nuestro, y si lo hacemos mucho, el perro pronto preferirá jugar solo. Así, ojalá pedir 2-3 tres veces «trae» por cada «suelta».

Siempre debo decir la palabra «suelta», luego hacer las cosquillas y cuando el perro abra la boca, debo mantener el mordedor en frente, si lo retiro rápido voy a invitarlo a seguir jugando.

5º Etapa, enseñando el término del juego “basta se acabó”

Acá introduciremos el comando final «se acabó» que indicará el pitazo final del juego. Tras haber jugado un rato, le pediremos el comando y luego le diremos “se acabó» haciendo un gesto con las manos. A continuación, dejamos el juguete en nuestro bolsillo o en las manos, y con los dedos inhibimos cada intento del perro por agarrar el juguete y seguir jugando. Esto lo hacemos para que el perro genere el autocontrol necesario de ver el juguete y entender que el juego ha acabado. Así, no tendremos un perro que no pueda estar en presencia del juguete, porque lo único que querrá será jugar. Luego de un rato inhibiendo sus intentos, se rendirá y se olvidará del juguete. Esto es lo que buscamos, que una vez que digamos «se acabó» no hay nada que él pueda hacer para continuar jugando.


Tips del ejercicio:

Advertencia

El espacio de juego es muy importante para tu perro, pero es súper complejo en reglas, etapas y detalles, así como te imaginas hay mil tips y variaciones y aún no son suficientes. Recuerda ver nuestro video del ejercicio, estudia la ficha antes de ejercitar y en nuestras historias de instagram (@dogteacherchile) siempre subimos contenido sobre este tema.

Motivar el juego:

En algunos perros con bajo instinto predatorio, necesitaremos motivar antes de colocar la estructura completa del juego. En estos casos, simplemente decir el comando «a jugar» y comenzar a mover el mordedor sin pedir el autocontrol, luego de un par de repeticiones, ya cuando se motivó comenzamos a entrenar pidiéndole un poco de autocontrol.

Comienza suave, está aprendiendo. Luego vendrá el juego rudo:

Muchos perros tienen una mordida muy suave, o deben agarrar confianza hasta morder el juguete con fuerza. En estos casos, empezar muy suavemente. Mover el juguete de a poco, sin tirones que se lo arranquen del hocico.

Parte fácil:

En las dos primeras etapas, como un niño aprendiendo fútbol, no colocamos muchas reglas, si se equivoca no lo retamos, incluso si nos muerde sin querer. Sólo deseamos motivar y que ame el fútbol.

Concepto de fondo y figura:

Este es un concepto complejo en el entrenamiento pero que aquí toma relevancia. Normalmente nosotros queremos que el entrenador sea figura, que se motive con nosotros y el resto de las cosas que pasen sean el fondo. Pero en el espacio de juego, el entrenador debe ser fondo y la figura debe ser el mordedor. Esto significa que nosotros debemos ser más fomes y el mordedor lo más entretenido, así que debemos tratar de mantenernos quietos (que el mordedor se mueva más) y en silencio. Sólo usar ruidos o palabras para motivar, sólo si el perro realmente lo necesita.

Juega en el suelo, no en las alturas:

Se recomienda mantener el juguete a la altura del perro, no en alto. Sino, el perro va a tender a saltar. Lo ideal es jugar a una altura adecuada para que no salte. Si no, tendremos problemas en el futuro con saltos a nosotros o visitas.

La presa se escapa:

Cuidado cuando él tenga el mordedor en la boca, no empujarlo  hacia el perro, siempre hacia atrás, como peleando. Y cuando lo dejes ganar, que sea realmente porque él está tirando (por suave que sea debe tirar).

En cancha, todo vale:

En el juego está todo permitido, por lo que puede gruñir, ladrar, morder con toda su fuerza el juguete, etc. No estará siendo agresivo, el gruñido nos muestra el nivel de excitación del juego y un poco el inicio del descontrol.

Juego de manos, juego de villanos:

Esta era una frase de nuestras abuelas, ¡pero aquí cobra sentido! Jamás jugar con las manos y que nuestro perro pueda morderlas. Para evitar que muerda, siempre se debe jugar a través de un juguete, idealmente de cuerda o alguno que permita jugar al tira y afloja. No pelotas.

Zancudo molestoso, conejo entretenido

No cometas el error del mordedor tipo zancudo, que molesta al perro en su cara. Siempre el mordedor es un conejo, que se escapa con movimientos erráticos, pausas y saltos. Esto se refiere a movimientos chicos seguidos de una pausa. Se mueve, luego pausa, se mueve, luego pausa, y así.

No caigas en la tentación:

Muchas veces se acercarán a devolvernos el juguete luego que le digamos «trae» y nos van a «tantear», se acercarán pero estarán preparados para que hagamos un movimiento rápido de la mano y saldrán corriendo, intentando que el juego pase a perseguirlos. Esta no es la idea, no queremos que sientan que se lo queremos quitar. Para que esto no nos pase, mover la mano lento, y esperar hasta que él te lo acerque lo máximo posible. Incluso, una forma de hacerlo, es dejar la mano abierta quieta y que él tenga que dejarnos el juguete en la mano directamente, sin tener que moverla nosotros.

Maturana nos enseñó, «no competir, colaborar»

Nosotros somos una especie competitiva, en el «espacio de juego» debemos dejar que el perro se esfuerce pero que nos gane más seguido y cuidado, en el inicio no debemos dejar que el perro falle más de tres veces, si no se frustrará demasiado y aumenta la sobreexcitación. No debemos hacer bullying y que el perro jamás lo pueda agarrar, recuerda, jugar con Ronaldo es fome porque no comparte en el juego.

Si tu perro es egoísta, anticípate:

Muchos perros han aprendido que es más divertido jugar solos, y tienden a llevarse el juguete para morderlo y jugar con ellos en una «zona segura». La mayoría de las veces esta zona es su cama o un sillón. Si es así, para qué re-aprenda a jugar con nosotros, debemos limitar el acceso a esa zona, o jugar en lugares donde no tenga acceso a ella. Así, se abrirá más a jugar con nosotros.

Si te muerde la mano, giros más amplios:

En el inicio, cuando estemos construyendo la motivación, hay que tener cuidado con las curvas, al girar el mordedor nuestra mano queda expuesta, por lo que el perro puede fallar sin mala intención (de hecho es error nuestro) para esto debemos dar curvas amplias.

Archivos de ejercicios
Everything You’ve Ever Wanted to Know About Tugging _ Victoria Stilwell Positively.pdf
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